La relación entre certeza e incertidumbre en dietas es clave para el éxito de quienes desean alcanzar y mantener un peso saludable. En el contexto de una dieta, la certeza representa rigidez y control absoluto sobre qué y cuándo comer, mientras que la incertidumbre aporta flexibilidad y libertad de elección. En PsicoNutricional.com, abordamos cómo la certeza excesiva en una dieta estricta puede reducir la motivación, mientras que permitir cierta incertidumbre puede ayudar a mantener el deseo y la motivación. Este enfoque ayuda a crear una relación equilibrada entre el deseo y la alimentación, facilitando el camino hacia un “peso cómodo”.
Una dieta con reglas rígidas y predefinidas ofrece una sensación de certeza y control, lo cual al principio puede parecer beneficioso. Sin embargo, con el tiempo, este exceso de estructura puede reducir el deseo de continuar con la dieta y, en última instancia, llevar al abandono del plan. Algunos efectos comunes de la certeza excesiva en una dieta son:
Pérdida de emoción y novedad: Una dieta que define estrictamente cada comida y cada horario termina por volverse monótona. La certeza de saber siempre qué comer elimina el interés y reduce la motivación, ya que el proceso pierde la chispa de la novedad.
Desafío limitado: Cuando una dieta es completamente predecible, se elimina el sentido de reto personal, y sin desafío, el deseo de mantener la disciplina disminuye. Las personas necesitan experimentar una sensación de logro, y una dieta rígida no proporciona esa oportunidad.
Reactancia psicológica: La certeza absoluta en una dieta puede generar una respuesta de “rebelión” o reactancia psicológica. Este fenómeno se produce cuando nos sentimos restringidos o controlados, y surge el impulso de hacer justamente lo contrario de lo que se nos indica. En el caso de una dieta rígida, la falta de flexibilidad activa el deseo de romper las reglas y desviarse del plan, ya que la restricción se percibe como una limitación a la libertad personal.
La reactancia psicológica es un fenómeno que ocurre cuando una persona siente que su libertad de elección o autonomía está siendo amenazada o restringida. Como reacción a esa amenaza, surge un impulso de hacer justamente lo contrario de lo que se le indica o de desobedecer las normas impuestas.
Este concepto fue desarrollado por el psicólogo Jack Brehm en 1966 y explica por qué, ante una prohibición o restricción, sentimos la necesidad de recuperar nuestra libertad, a menudo actuando en oposición a lo impuesto.
👉 En dietas rígidas: Si una persona sigue una dieta muy restrictiva que le prohíbe ciertos alimentos, es común que desarrolle un impulso intenso de comer esos mismos alimentos prohibidos, precisamente porque siente que se le está limitando. Este impulso es una forma de “rebelarse” contra las reglas y recuperar la autonomía sobre su alimentación.
👉 En la adolescencia: Los adolescentes suelen mostrar reactancia psicológica cuando los padres o figuras de autoridad les dicen qué hacer o les prohíben ciertas cosas. Como respuesta, el adolescente puede sentirse impulsado a hacer justamente lo contrario, en un esfuerzo por reafirmar su independencia.
👉 En el marketing y las ventas: Las estrategias de “edición limitada” o “disponibilidad restringida” juegan con la reactancia psicológica. Al sugerir que un producto es difícil de conseguir, despiertan el deseo de las personas por obtenerlo y reafirmar su libertad de elegir.
La reactancia psicológica y el efecto de escasez están relacionados en cómo afectan la motivación y el deseo de las personas, pero son conceptos distintos y funcionan de maneras diferentes:
La reactancia psicológica dijimos que curre cuando una persona percibe que su libertad o autonomía está amenazada. Este fenómeno se activa cuando hay una prohibición, restricción o imposición directa sobre las elecciones de una persona, lo que genera un deseo de rebelarse contra esa restricción y recuperar la libertad perdida.
El efecto de escasez se basa en la idea de que algo se vuelve más deseable cuando es percibido como limitado o difícil de conseguir. La escasez crea un sentido de urgencia o exclusividad, lo que puede aumentar el valor percibido de un objeto o experiencia sin que haya necesariamente una restricción directa en la libertad de la persona.
Causa del deseo: En la reactancia psicológica, el deseo surge de una prohibición directa que amenaza la libertad personal (como una dieta restrictiva). En el efecto de escasez, el deseo es impulsado por la percepción de que el recurso es limitado y podría perderse. (FOMO, miedo, ansiedad)
Motivación: La reactancia se basa en recuperar la autonomía (haciendo lo contrario de lo prohibido), mientras que el efecto de escasez se basa en la urgencia por adquirir algo antes de que se acabe.
Aplicación en marketing y dietas: En marketing, el efecto de escasez se utiliza para crear un sentido de exclusividad (“solo disponible por tiempo limitado”), mientras que la reactancia psicológica podría activarse en una campaña si un producto es “prohibido” o se percibe como algo que “no todos pueden tener”.
A diferencia de una dieta excesivamente estructurada, una alimentación que incluye cierta incertidumbre y espacio para la elección puede mantener el deseo de seguirla. Esta dosis de libertad ayuda a conservar la motivación, ya que permite una mayor conexión con las decisiones alimentarias.
Algunos elementos de la incertidumbre que aumentan la motivación son:
Libertad para elegir: La flexibilidad de elegir entre varias opciones saludables fortalece el sentido de autonomía. Esta libertad de elección aporta un elemento de autonomía, manteniendo el deseo de cumplir con la dieta y contribuyendo a una experiencia más placentera.
Recompensas intermitentes: La posibilidad de tener una comida libre ocasionalmente (sin abusar) aumenta la motivación y el deseo de seguir con la dieta. Esta incertidumbre en torno a cuándo disfrutar de una comida especial mantiene el interés y ayuda a mantener una relación sana con la alimentación.
Adaptación gradual y flexible: La flexibilidad en una dieta permite adaptarse a cambios y ajustes, haciendo que el proceso sea menos restrictivo. Esta falta de certeza total hace que el proceso sea más sostenible y evita que la alimentación se sienta como una imposición.
Cuando se alcanza el “peso cómodo”, es común que la motivación decaiga, ya que la certeza de haber cumplido el objetivo puede eliminar el deseo de continuar con los buenos hábitos. Sin un nuevo reto, el interés por mantener los logros puede disminuir.
Algunas razones comunes incluyen:
Pérdida de propósito inicial: Una vez logrado, muchas personas sienten que ya no tienen un objetivo claro, lo cual afecta la motivación para mantener los nuevos hábitos. Esto ocurre porque el propósito que guiaba el proceso ha desaparecido, y sin un desafío adicional, la motivación disminuye rápidamente.
Desaparición de la emoción inicial: La emoción de alcanzar un objetivo es intensa, pero una vez alcanzado, el interés inicial se desvanece. La mente necesita nuevos retos para mantenerse motivada, y sin esa emoción, es fácil perder la constancia.
Confianza excesiva en los logros: La certeza de haber alcanzado el objetivo puede generar una sensación de seguridad que lleve a relajar los hábitos. Este exceso de confianza es común, ya que se tiende a pensar que el peso se mantendrá por sí solo, lo cual puede hacer que se descuide la disciplina necesaria para sostener el logro.
Para que el deseo y la motivación se mantengan activos, incluso después de haber alcanzado el “peso cómodo”, es importante aplicar estrategias que equilibren la certeza e incertidumbre en la alimentación.
Aquí tienes algunas recomendaciones:
Incorporar variedad en la alimentación: Cambiar las comidas de vez en cuando y probar recetas nuevas ayuda a evitar la monotonía. La variedad aporta novedad y frescura, manteniendo el interés en el proceso.
Definir metas adicionales: Una vez alcanzado el “peso cómodo”, es útil fijarse nuevos objetivos, como mejorar la condición física o enfocarse en un objetivo de salud específico u otros temas, no es saludable que todo solo gire en un único asunto.
Celebrar los logros: Reconocer y celebrar los avances intermedios refuerza la motivación para seguir manteniendo los nuevos hábitos. Las celebraciones no tienen que ser alimentarias; pueden incluir experiencias agradables o actividades gratificantes, la vida ofrece una gran variedad como que solo nos aferremos a la comida.
Utilizar recompensas no alimentarias: Como dije antes, las recompensas esporádicas no siempre tienen que estar relacionadas con la comida. Estas recompensas apoyan el equilibrio entre certeza e incertidumbre en la dieta, incentivando el deseo de mantener los buenos hábitos.
El marketing suele aprovecharse de la escasez y del pensamiento rígido en torno a las dietas para captar la atención de quienes buscan bajar de peso. Este enfoque utiliza el efecto de la escasez, un fenómeno que ocurre cuando los productos o servicios se perciben como limitados, lo que hace que las personas los deseen más intensamente.
Un ejemplo común es el de los productos de pérdida de peso que se promocionan como “ediciones limitadas” o que prometen “resultados rápidos”. Estas estrategias crean una sensación de urgencia y exclusividad, haciéndole creer al consumidor que debe actuar de inmediato para no perder la oportunidad de obtener el “producto milagroso”.
Por ejemplo, en anuncios de suplementos o programas de pérdida de peso, es frecuente ver frases como “Solo 100 frascos disponibles” o “Oferta exclusiva por tiempo limitado”. Estos mensajes no solo emplean el efecto de la escasez, generando incertidumbre respecto a la disponibilidad, sino que también ofrecen la certeza de que el producto es “infalible” o “indispensable” para lograr el objetivo de peso. Este tipo de marketing manipula el deseo de las personas al combinar la promesa de resultados rápidos con la urgencia por la escasez, jugando con el anhelo de resultados inmediatos.
Además, estos mensajes suelen apoyarse en la mentalidad dietista, que promueve una visión rígida y simplista de la pérdida de peso, basada en productos o soluciones temporales. Esto lleva al consumidor a creer que la clave para bajar de peso es adquirir el producto anunciado, en lugar de construir hábitos sostenibles y saludables. Así, el marketing crea una falsa certeza en torno al producto mientras aprovecha la incertidumbre sobre la disponibilidad, generando una compra impulsiva.
En PsicoNutricional.com, fomentamos un enfoque y que se enfoca en provocar cambios; la construcción de hábitos saludables, más allá de productos específicos o soluciones pasajeras. La PsicoNutrición rechaza la idea de que un solo producto pueda resolver de forma mágica el control del peso.
En el enfoque antidietas de PsicoNutrición, no se trata solo de “escuchar al cuerpo” como algo separado de nuestras experiencias y pensamientos. Reconocemos que nuestra relación con la comida está profundamente afectada por el lenguaje, por los significados que hemos aprendido a darle a ciertos alimentos y por las normas sociales que internalizamos. A través de la certeza e incertidumbre, podemos redirigir esta relación de una forma más libre y consciente.
Aquí tienes un ejemplo práctico de cómo hacerlo:
1. Certeza: Redefiniendo lo que “me hace bien”
2. Incertidumbre: Libertad para desafiar las narrativas
3. Integración en la vida diaria: Un diálogo constante entre el deseo y el bienestar
Resultado: Una relación diferente y reinterpretada con la comida
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