Perfiles de alimentación,
estilos de alimentación,
estilos de comer

Cada uno de nosotros tiene un perfil de alimentación, un “estilo de comer”.  Sería posible identificar ciertos “estilos alimentarios” a la hora de alimentarse.

Consideramos que es fundamental tomarse el tiempo suficiente en hacer un pequeño diagnóstico diferencial, para arribar a un buen trabajo y poder aproximarnos a identificar dichos perfiles o estilos de alimentación. Contemplar esto nos lleva a sostener que muchas veces es posible encontrarse con los siguientes posibles escenarios:

Perfiles o estilos de alimentación

1. Conflicto + Acto alimentario sin advertencia: Allí donde los conflictos son expresados y arrastrados durante años en nuestra relación con los alimentos, pero sin advertencia por quienes los padecen, sin “conectar” el nexo de dichos conflictos y la alimentación. Generalmente ni hacen una consulta o vienen recomendados, u obligados.
2. Conflicto + Acto alimentario, en donde advierte la relación: allí, desestiman el vínculo y este se materializa en un rasgo de carácter de la personalidad. Quienes padecen pueden percibir muy bien que hay un nexo, pero prefieren menospreciar la importancia de esta vinculo, y el mismo termina perpetuándose hasta volverse tan rutinario que se cristaliza en un hábito, formando parte de la personalidad, una carta de presentación muy común es: “…soy así, es mi forma de ser, mi personalidad…”, “…siempre fui igual…”, “…él es así, “gordito”, es su forma de ser…”
3. Acto alimentario sin conflictos, pero anclado a rutinas alimentarias no saludables. Otra variante que podría resultar seria quienes no presenten conflictos que medien, pero hay un acto alimentario fuertemente automatizado -un bucle perjudicial de hábitos-, es decir, anclado a una -rutina alimentaria no saludable-, como por ejemplo el comer en piloto (en forma automática y sin registro de saciedad), o anclado a una mentalidad dietista.

Sostenemos que, en este último, por ejemplo, el trabajo será diferente a los dos escenarios primeros; en uno habrá seguramente fuertes concepciones o sesgos cognitivos a demoler y en otros, además de esto, conflictos que resolver. Allí radica la importancia de un por lo menos “pequeño” diagnóstico diferencial de estos perfiles o estilos de alimentación.

Para finalizar, que el acto alimentario este tan fuertemente atado a la mentalidad dietista regida por reglas rígidas propuestas por el binomio:

buenos-malos,

prohibidos-permitidos,

“estoy en “control-descontrol”,

“estoy a dieta o me descontrolo”, 

terminará solidificándose en estos mencionados “estilos de comer”, es decir, en un determinado “perfil comedor” o “perfil de alimentación”, convirtiendo el comer en un acto contable producto de un pensamiento obsesivo-matemático de calorías a consumir y de miedo al descontrol.

¿Cuál es tu perfil de alimentación?
¿Cuál es tu estilo de comer?

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